Nada nos hará descarrilar, fue la conclusión pública de la cumbre Santos-Chávez, lo que nunca se aclaró fue por cuál carril andaban. Por lo menos es la conclusión que se obtiene frente a las declaraciones que en materia de seguridad binacional se acordaron en esa cumbre.
Por lo hecho público, pareciere que los dos mandatarios tocaron tangencialmente el tema del narcotráfico, en cuya mesa de trabajo acordaron la creación de un grupo de trabajo de carácter binacional encargado de negociar y concretar los términos generales de un acuerdo de cooperación en la lucha contra el problema mundial de las drogas, y acordaron llevar a cabo una reunión el próximo 19 de noviembre de 2010 en Cartagena de las autoridades encargadas de la lucha contra el tráfico de drogas y delitos conexos, es decir, como en un trabalenguas acordaron llegar a acuerdos para acordar algo.
¿Acaso el tema del narcotráfico y las relaciones internacionales no tiene ya un marco regulatorio como es la Convención de Viena y las Resoluciones aprobadas por la conferencia de las Naciones Unidas contra el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas? Siendo Colombia y Venezuela países signatarios de tales convenciones lo único que quedaría por acordar sería el modelo de aplicación que se suponía resuelto en los acuerdos de la COMBIFRON.
Así las cosas la cumbre apenas resultaría un elemento protocolario para resaltar el restablecimiento de las relaciones que Venezuela había roto unilateralmente. Ojalá esta cumbre no sea una réplica del famoso Pacto de Munich de 1938 que sellara la suerte de la situación política que desencadenó la II GM., recuérdese que ante las insistentes reclamaciones de Hitler sobre el territorio de los Sudetes en Checoslovaquia que precipitaron una grave crisis en el verano de 1938, Chamberlain no dudó en entrevistarse dos veces con el Führer en septiembre, tratando de garantizar una salida pacífica a la situación. Finalmente, el 29 de septiembre se reunión en Munich una conferencia a la que asistieron Hitler, Mussolini, Chamberlain y Daladier.
Hitler y Chamberlain firmaron un documento en el que declaraban su deseo de garantizar la paz mediante la consulta y el diálogo. Daladier y Chamberlain fueron bienvenidos en París y Londres por multitudes eufóricas que les saludaban como salvadores de la paz. Chamberlain proclamó que traía "la paz con honor, la paz de nuestro tiempo". La realidad pronto mostró a lo que había llevado la política de apaciguamiento de Chamberlain, en marzo de 1939, Hitler invadió lo que quedaba del inerme estado checoslovaco. Los acuerdos de Munich se convirtieron en el símbolo de la inutilidad de los esfuerzos por apaciguar a estados totalitarios expansionistas.
En la cumbre Santos-Chávez, la nueva Munich, nada se dijo del estatus de que gozan Iván Márquez, Timochenko, Grannobles y otros cabecillas de las narcoguerrillas Farc y Eln en ese país, por lo menos públicamente no se conoce aún una decisión de Chávez para extraditar hacia Colombia a fin de ser juzgados a los narcoterroristas refugiados en ese país.
Lamentablemente frente a la acción expansionista y hegemónica del bolivarianismo o socialismo del siglo XXI, la réplica del nazismo del siglo pasado, nuestro Presidente y su gobierno parecieren optar por la diplomática acción de Chamberlain y Daladier: Cerrar los ojos para no entender lo que pasa. Las palabras de Santos son premonitorias en ese sentido: El presidente Santos agradeció las atenciones del pueblo de Venezuela y ratificó su invitación al presidente Chávez para que el próximo encuentro se realice en Colombia, marcando el camino de la unión histórica de nuestros pueblos.
Es un hecho que la paz con honor, la paz de nuestro tiempo hoy trucada por el camino de la unión histórica de nuestros pueblos, desconoce muchas realidades, como el tránsito diario de terroristas desde suelo venezolano para cometer ataques en Arauca para mostrar la supervivencia y el poderío de las Farc frente a los continuos golpes que el Ejército le propina en el resto del país; es hacer la vista gorda frente a la realidad que significa el tránsito diario de narcóticos que encontró en Venezuela el puerto perfecto para su transporte a Europa a través de África o El Caribe hacia los EE.UU.
En resumen, este acuerdo que busca acordar, como la búsqueda de un acuerdo o algo parecido hacia el futuro, deja sin fundamento la queja presentada ante organismos internacionales como la OEA y la ONU en julio pasado por nuestro país; termina siendo una burla a la intención de la Asamblea Nacional de España por poner en evidencia el nexo de la ETA con las facciones narcoguerrilleras de las Farc con la colaboración de las autoridades chavistas. Volvemos a la misma línea blanda que nos procuró el despojo histórico de Los Monjes gracias a la decisión de un funcionario colombiano que nunca respondió ante la justicia por tal acto de traición patria.
Lo importante es la política dirán los civilistas, pero debe recordárseles a estos sabios que los errores políticos siempre terminan en guerras. Carl von Claüsewitz, en su clásica obra De la guerra, pensaba que la guerra moderna es "La continuación de la política por otros medios" y que el fin de la misma era "desarmar al enemigo", no exterminarlo; de aquí nació el concepto de desarme mutuo, que imposibilita toda guerra y da paso a la política. La guerra sería pues un "acto político" y esta manifestación ponía en juego lo que él consideraba el único elemento racional de la guerra.
Si es así, 8 años de sacrificio de nuestras Fuerzas Militares y de la sociedad colombiana se ven de pronto desarmados y entregados al juego político que únicamente representan volver al status quo del 2002, en tanto se ha avanzado como nunca en los últimos 50 años en la lucha militar contra las narcoguerrillas, pero se termina reconociendo que tienen un papel político que jugar, como lo hiciera Chamberlain con respecto a los nazis en 1938. Quien no conoce la historia, dice el adagio, está condenado a repetirla y nuestro país definitivamente ha sufrido esa historia sin que sus dirigentes tomen conciencia de ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario