El traficante de armas de origen ruso, Viktor Bout, detenido en Tailandia desde 2008, fue extraditado a Estados Unidos acusado de vender ilegalmente armas a dictadores y organizaciones criminales en África, Suramérica y Oriente Medio. Bout, un antiguo piloto del Ejército soviético, recibió su alias de ‘mercader de la muerte’ debido al gran negocio de contrabando de armamento y material de guerra que había logrado consolidar. Haciendo uso de su flota privada de aviones de carga, el ruso transfirió armas a varias organizaciones terroristas del mundo, entre ellas, Al Qaeda y las FARC. De hecho, su detención fue resultado de labores de inteligencia por parte de agentes norteamericanos que se hicieron pasar por emisarios de la guerrilla narcoterrorista.
Según las labores de inteligencia de las autoridades estadounidenses, el ‘mercader de la muerte’ hizo negocios con las FARC por varios millones de dólares, incluyendo la venta de misiles tierra-aire, fusiles AK-47, explosivos C-4 y minas antipersonas. Asimismo, según el FBI, habría transferido fusiles, bazucas, carros de combate y helicópteros, entre otro material de guerra, a varios dictadores africanos e intentó comprar una batería antiaérea para luego revenderla en el mercado negro. Por estos delitos, el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo acusa de terrorismo y conspiración para asesinar ciudadanos estadounidenses, e incluso puede condenarlo a cadena perpetua.
La extradición del ruso suscitó una intensa disputa diplomática y judicial entre Washington y Moscú por espacio de dos años, puesto que, según Rusia, Estados Unidos no tiene competencia para juzgar a un extranjero por actividades desarrolladas por fuera de territorio norteamericano y el caso tiene claras motivaciones políticas por desprestigiar al Kremlin. Y es que Bout podría revelar las relaciones existentes entre su red de contrabando de armas y antiguos miembros del espionaje soviético quienes le habrían facilitado el acceso a los arsenales militares de la antigua Unión Soviética. Después de una intensa presión de ambos gobiernos, Tailandia decidió extraditar al contrabandista de armas a Estados Unidos, donde es claro que existen mayores probabilidades de que el criminal internacional responda por sus actividades delictivas.
Al respecto, el Presidente de la Republica, Juan Manuel Santos, ha expresado su satisfacción por la decisión de la justicia tailandesa. El mandatario de los colombianos señaló que si Bout “estuvo traficando armas, armas que han causado las muertes de muchos inocentes, este criminal debe pagar […] si paga en una cárcel norteamericana o paga en una cárcel colombiana, la verdad que eso es secundario, pero que pague por sus delitos, eso es lo importante" .
Lo contradictorio es que, cuando es su turno de decidir sobre la extradición de un criminal internacional, también señalado de negocios ilícitos con la guerrilla narcoterrorista de las FARC, Santos prefiera allanar el camino para enterrar la verdad y la justicia. Hablamos claro del caso de Walid Makled, el narcotraficante venezolano capturado en Cúcuta e igualmente pedido en extradición por Estados Unidos. Al igual que Bout, Makled tiene muchas cosas que contar respecto al involucramiento de sus gobiernos (Rusia y Venezuela, respectivamente) en actividades del crimen transnacional. Makled es una pieza clave para exponer, ante la comunidad internacional, la red de tráfico ilegal de drogas que se ha organizado en Venezuela con el auspicio del régimen comunista bolivariano, y que involucra a altos mandos militares y funcionarios venezolanos con narcoterroristas de las FARC en el envío de cocaína hacia Estados Unidos y Europa.
Sin embargo, Santos, que ahora mismo está en una tónica de camaradería y postración frente a Hugo Chávez, ha optado por desoír la solicitud de extradición estadounidense y anunció que enviará a Makled a Caracas pues ya había dado su palabra a aquel déspota. Una vez allí, Chávez confinará en un calabozo al narcotraficante, sino es que lo asesina antes, para así enterrar la verdad sobre los vínculos criminales de su gobierno. Y en todo esto, Santos será cómplice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario