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martes, 8 de marzo de 2011

LAS FARC PIERDEN CAPACIDAD OPERATIVA PARA DELINQUIR


Con el liderazgo in situ del señor General Navas, Comandante del Ejército, y la acción decidida de la Brigada de Selva 28, en menos de 48 horas fueron rescatados 22 de los 23 operarios de la empresa petrolera canadiense Talisman Energy Inc. secuestrados por el Frente 16 de las Farc en inmediaciones del municipio de Cumaribo, Departamento del Meta.

El otro secuestrado al parecer se había fugado de sus captores y en este momento es buscado sin descanso por las tropas.

Estos hechos demuestran como esas estructuras narcoterroristas han perdido toda capacidad operativa para delinquir en el país, que superviven utilizando como escudo humano a la población civil y con la asociación con la delincuencia común y las Bacrim, como sucede en el Cauca, Valle y Nariño, o exilándose clandestinamente en países vecinos.

Por su parte la acción del Ejército Nacional sirve para silenciar las voces pesimistas que señalan que las tropas están refugiadas en sus cuarteles y no actúan por temor o por falta de liderazgo militar; esta acción se pone a la altura de las mejores operaciones de rescate en el mundo entero por la capacidad de reacción demostrada para neutralizar la actividad criminal de los narcoterroristas.

Para nada se puede decir que se tiene capacidad operativa cuando los actos criminales desesperados se limitan a atacar poblaciones como Caldono, Cajibió u otras con francotiradores o lanzando artefactos explosivos de manera esporádica, afectando principalmente a inocentes pobladores y luego refugiándose sin dar lucha abierta; tampoco es muestra de poderío el sembrar minas antipersonal o secuestrar niños, niñas y adolescentes para utilizarlos como combatientes en aisladas veredas o en las comunidades indígenas que usan como refugio.

Debe recordarse que las Farc son responsables al menos por la muerte en combate o asesinadas por los propios cabecillas de 6.210 menores de edad desde finales del siglo pasado, hecho que extrañamente nunca se menciona cuando algunos sectores políticos hablan de ‘humanizar la guerra’ y buscar ‘acuerdos humanitarios’, sin tener en cuenta que se está ante uno de los peores delitos de lesa humanidad que no admite ningún tipo de transacción a la luz del Derecho Internacional Humanitario.

Hechos como el secuestro masivo de trabajadores asimila a las Farc a las bandas de piratas somalíes o a las bandas narcotraficantes mexicanas, que no actúan por razones políticas sino de delincuencia común interesada en sembrar terror para presionar a favor de sus intereses criminales.

Como señalaba el Comandante de las FF.MM. a comienzos de año, las acciones de las Farc muestra de que su comportamiento es de una banda criminal es el hecho de que en el Pacífico estén dedicados a mantener los corredores de movilidad de la droga que sale por esa zona con destino a Estados Unidos y Europa y ahora, con los hechos de Cumaribo, indudablemente quieren presionar la recuperación de un corredor estratégico hacia Venezuela o el Brasil.

El Frente 16 hizo un mal cálculo, seguramente contaba con que siendo los secuestrados miembros de una empresa internacional habría algún tipo de presión para que no se adelantaran operaciones militares para su rescate y que a la vez que podían negociar alguna recompensa por su liberación, aprovecharían para abrir ese corredor y escapar a la presión de las tropas.

El rescate militar de los secuestrados demuestra que el Ejército sigue a la ofensiva con Fe en la Causa, sin aspavientos, sin shows mediáticos, simplemente con la convicción profunda de que se cumple con el deber y la consolidación de la seguridad democrática avanza inexorablemente.

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