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martes, 13 de julio de 2010

LOS MERCENARIOS EN LAS FARC

La banda narcoguerrillera hace una apología de una ciudadana holandesa, Tanja Nijmeijer, alias Alexandra o Eillen, que desde el año 2000 forma parte de las estructuras criminales del llamado Frente Oriental terrorista; afirman en su página Anncol que esta terrorista mercenaria no ganó la nacionalidad colombiana en los pasillos y ventanillas de la Cancillería, sino que la adquirió con justo derecho de un modo más noble, en las trincheras, con el fusil en guardia, luchando por el pueblo humilde de este país, sin esperar otra recompensa que la sonrisa de felicidad en el rostro de los niños pobres cuando las cosas cambien en un futuro[1], cuando la verdad es que tal ciudadana extranjera hace rato se hastió de la organización narcoterrorista pero le han impedido salir de ella, como se evidenció en las notas que dejó abandonadas al huir del campamento terrorista de Carlos Antonio Lozada en los límites de La Macarena y Uribe tomado por asalto por el Ejército Nacional.


Lo encontrado en el equipo de la narcoguerrillera le dolió a las Farc y así lo dejan ver en su nota de Anncol cuando señalan que era apenas un cuaderno escolar, una especie de diario personal, en el que registraba, al igual que mucha gente en el mundo, sucesos de su vida, reflexiones serias, pensamientos alocados y temas así, para ser leídos y cotejados únicamente por ella. Los manuscritos, en lengua holandesa, fueron rápidamente traducidos al Castellano, con la característica mala fe que saben desplegar los militares colombianos ante ese tipo de oportunidades, y apenas como era de esperarse, los envenenados textos fueron empleados para difamar de las FARC en todo el orbe.


¿Qué es lo que irrita a las Farc? Que en el diario de la holandesa aparecen críticas como: “(...) Qué tipo de organización es esta donde algunos tienen plata, cigarrillos y dulces y los demás tienen que ser gruñidos por los otros (...)", se pregunta la extranjera que llegó de visita al Caguán en el 2000 para el lanzamiento del Movimiento Bolivariano, con un grupo de jóvenes europeos que querían conocer los reductos del marxismo en América Latina.


En una nota escrita el primero, el 21 de julio del 2006, la holandesa señala que fantasea con Europa: "Con frecuencia me veo en una estación en Groningen, Ámsterdam o Utrecht, comprando un café o una fritura y luego abordo el tren". El mismo día, escribió: "Hay dos compañeros con sida y quizás hay más. Aquí nadie usa preservativo...". A veces se nota eufórica, como cuando pudo llamar a Holanda, el 23 de agosto del 2006: "!!Llamé a mi casa¡¡ (...) Mamá lloró y también papá. Ahora solo puedo esperar mi castigo. A todos se les permite llamar, menos a mí", y es que esa llamada era considerada un acto de indiscipline por los terroristas.


Tal vez uno de los apartes más impactantes del diario fue escrito el 24 de noviembre del 2006: "Estoy cansada, cansada de las Farc, cansada de la gente, cansada de la vida comunal (...)". Las dudas le seguían en abril: "A veces despierto llorando y siempre la misma pregunta: ¿hice lo correcto? ¿Hubiera sido feliz si me quedo en Holanda, dando clases, traduciendo y trabajando en la universidad?".


Tal vez uno de los apartes más impactantes del diario fue escrito el 24 de noviembre del 2006: "Estoy cansada, cansada de las Farc, cansada de la gente, cansada de la vida comunal (...)". Las dudas le seguían en abril: "A veces despierto llorando y siempre la misma pregunta: ¿hice lo correcto? ¿Hubiera sido feliz si me quedo en Holanda, dando clases, traduciendo y trabajando en la universidad?".


Y es que a las Farc le reclaman en Europa por la retención forzada de la ciudadana holandesa y niegan lo escrito por ella en su diario; por eso los terroristas insisten en que todo cuanto se haya dicho y escrito sobre ella riñe por completo con la verdad. Alexandra, Holanda, como la llamamos con cariñoso deleite nosotros, es una combatiente más de las FARC, un guerrera que sabe pensar y hablar como los guerrilleros, disparar como ellos y trabajar hombro a hombro con cualquiera en la tarea que le sea asignada. Salvo su acento, nada la distingue de los demás, tratando de justificar lo que constituye un secuestro de esta holandesa con fines propagandísticos.


En las Farc hay elementos extranjeros que delinquen contra el pueblo colombiano, pero la narcoguerrilla no los considera mercenarios como corresponde, señalando que son combatientes del ejército bolivariano, mientras por el contrario señalan que los soldados colombianos que combaten, pese a que se pongan firmes al escuchar el Himno Nacional o al izar la bandera tricolor, no son más que mercenarios a sueldo, muñecos asesinos producidos en serie por las corporaciones transnacionales para que defiendan contra toda racionalidad sus intereses, criaturas lamentables del Pentágono.


En su página de Anncol las Farc dejan ver su torcida mentalidad que distorsiona siempre la realidad para engañar incautos; sólo a ellos se les ocurre que los colombianos son mercenarios en su propia patria mientras los extranjeros que delinquen en el país son luchadores de la libertad o miembros de un inexistente ejército bolivariano. Nadie en su sano juicio puede aceptar tal definición absurda, ni considerar que Tanja Nijmeijer aún se encuentra en las filas terroristas por voluntad propia.


(1)Ver: http://anncol.eu/eventos/20/la-mala-fe-de-los-militares-colombianos675?templateId=675

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