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miércoles, 11 de agosto de 2010

VEAMOS HASTA CUANDO DURA LA DICHA.

Ayer los presidentes de Colombia y de Venezuela acordaron una plataforma de cinco pasos para normalizar las relaciones entre los dos países, un diálogo transparente, directo, respetuoso y privilegiando la vía diplomática. Este diálogo, se dijo, se llevará a cabo buscando garantizar la permanencia y estabilidad de la relación bilateral, dando estricto cumplimiento al Derecho Internacional y aplicando los principios de no injerencia en los asuntos internos y de respeto a la soberanía e integridad territorial de los estados.

Así mismo, los presidentes Santos y Chávez acordaron establecer un mecanismo de cooperación a nivel de ministros de Relaciones Exteriores para diseñar una estrategia conjunta que aborde las problemáticas de frontera en materia social, económica y de seguridad, que entre otros fines, encaminado fundamentalmente a prevenir la presencia o acción de grupos armados al margen de la ley en la frontera común.

Sin embargo, el acuerdo ha sido recibido con reservas en Venezuela, donde se señala que desde que el teniente coronel Chávez afirmó hace tres años que Venezuela limitaba al oeste con las Farc, mientras refrendaba que esta guerrilla no podía ser considerada un grupo terrorista, la duda quedó sembrada en todo el mundo respecto a su relación y su tolerancia con estos grupos irregulares que operan desde hace más de medio siglo en territorio colombiano. Nada de lo que se diga hoy oculta los hechos que evidencian la condescendencia que, desde hace tiempo, el gobierno venezolano tiene con estos factores desestabilizadores en el vecino país[1].

Es, en su propio país, donde se destaca la razón del giro en el discurso de Chávez: La reciente acusación colombiana de que Venezuela mantiene en su territorio a unos 1.500 guerrilleros de las FARC -aproximadamente una quinta parte de esta guerrilla- pone en jaque diplomático al gobierno de Chávez y lo obliga a aclarar su posición. Ya antes, Uribe estuvo decidido a desenmascarar a su par venezolano, ordenándole al embajador Hoyos a hacer públicas las coordenadas donde la guerrilla puede ser encontrada del lado venezolano. Recientemente, le puso la guinda a la torta al encausarlo ante la Corte Penal Internacional de La Haya y ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos[2].

Señalan así mismo los comunicadores venezolanos como la crisis colombo-venezolana, acentuada en sus consecuencias político-económicas por la ruptura de relaciones anunciada por Chávez, ha tratado de ser manipulada por algunos sectores diplomáticos y políticos haciéndola ver, más que como una crisis entre estados, como una pelea entre presidentes, entre líderes populares de egos muy fuertes y hasta mal criados. Se busca quitarle importancia, desviando su atención de los hechos que verdaderamente la dispararon, como las vinculaciones Farc-Venezuela, que con las denuncias colombianas han dejado de ser supuestas, y la simpatía mostrada por Chávez, primero con declaraciones intervencionistas, que llegaron a pedir estatus de beligerancia para las Farc, y más tarde con su anuencia para que operasen desde territorio venezolano[3].

Sin embargo, Chávez aseguró de manera reiterada que no permitirá la presencia de guerrilla colombiana en su país. "El Gobierno venezolano no apoya la guerrilla colombiana, sencillamente créanlo", exclamó casi en tono suplicante, llegando a aseverar que si Venezuela apoyara a las guerrillas colombianas, el esfuerzo habría sido muy grande y tendría resultados[4], sin aclarar el alcance de tal afirmación.

Veamos entonces hasta donde dura tanta dicha, teniendo en cuenta que ya el mandatario venezolano advirtió públicamente que cualquier reclamo colombiano sobre el apoyo de ese país a las narcoguerrillas implicará un nuevo rompimiento de las relaciones, pues como bien lo reseña la prensa venezolana: Mientras el tema no salga del ámbito de los países de la OEA o no haya alteraciones en la actual ecuación de poder de izquierda-derecha en el continente, no veremos cambios significativos en el estatus de ésta problemática; no importa que la crisis quede superada con el restablecimiento de relaciones diplomáticas próximamente.



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[1] EL UNIVERSAL. Geopolítica del diablo. Miércoles 11 de agosto de 2010. En: http://www.eluniversal.com/2010/08/11/opi_art_geopolitica-del-diab_11A4319851.shtml

[2] Ibíd.

[3] EL UNIVERSAL. La crisis Colombo-venezolana más allá de la ruptura de relaciones. Miércoles 11 de agosto de 2010. En: http://internacional.eluniversal.com/2010/08/10/int_esp_la-crisis-colombo-ve_10A4320495.shtm

[4] EL TIEMPO. Miércoles 11 de agosto de 2010. En: http://www.eltiempo.com/colombia/politica/reunion-entre-juan-manuel-santos-y-hugo-chavez-en-santa-marta_7855522-1

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