Las Farc pidieron a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que convoque a una asamblea para exponer su "visión" del conflicto armado colombiano y reiteraron su voluntad de buscar una "salida política", ", porque consideran que "la paz de Colombia es la paz del continente". "El drama humanitario de Colombia clama la movilización y solidaridad continental. La obsesión oligárquica por someter militarmente a la guerrilla desde hace 46 años y la ejecución de los planes guerreristas y represivos de Washington han costado innumerables masacres", señalan los narcoterroristas [1].
La respuesta del actual gobierno colombiano a la propuesta de alias Alfonso Cano difundida en julio de 2010 y en la que pedía que “conversemos”, debe ser la misma de la comunidad latinoamericana a este grupo criminal; no puede haber diálogo hasta que las Farc den pruebas "claras y contundentes" de que van a abandonar el terrorismo y liberar a todos los secuestrados. Además, la semana pasada Santos anunció que no va a nombrar por ahora al comisionado para la paz e instruyó a las Fuerzas Armadas a "obtener resultados" contra el grupo narcoguerrillero "en el frente militar".
Es evidente que para las Farc, la reanudación de relaciones diplomáticas con Venezuela y el establecimiento de mecanismos claros y transparentes de acuerdos de cooperación con ese país para combatir los fenómenos delincuenciales en la frontera como el narcotráfico, el contrabando y el terrorismo, significan una grave pérdida estratégica para esa organización criminal.
Como bien señala el editorial del diario El Tiempo [2], El rechazo tajante del gobierno de Caracas a la presencia guerrillera en territorio venezolano debe estar acompañado de acciones concretas para garantizar que la frontera no siga convertida en refugio de delincuentes y terroristas. El próximo encuentro de ministros de Defensa es el espacio propicio para traducir la franqueza y la confianza en un plan conjunto que reconozca el carácter transnacional de la amenaza del narcotráfico y la subversión.
Las Farc pretenden justificar sus protervas acciones diciendo que Algunos aluden frecuentemente a la obsolescencia de la lucha armada revolucionaria, pero nada dicen de las condiciones y garantías para la lucha política en Colombia. Otros ubican la amenaza en la insurgencia y no en la estrategia neocolonial del gobierno de los Estados Unidos, pareciendo ignorar que con guerrilla o sin ella el imperio dará curso a su agenda de predominio. Y los hay también proclives a presionar a una sola de las partes contendientes, casi siempre a la insurgencia [3].
Y mintiendo descaradamente al afirma que la paz con justicia social y no la guerra por la guerra, ha sido el objetivo estratégico de las FARC desde su surgimiento en 1964 en Marquetalia. Si las conversaciones de paz de Casa Verde, Caracas, Tlaxcala y el Caguán, no llegaron a feliz término, fue porque las oligarquías no quisieron considerar ningún cambio en las injustas estructuras políticas, económicas y sociales que motivan el alzamiento. Hoy enfrentamos, enarbolando incuestionables banderas políticas, la más grande maquinaria bélica que haya enfrentado guerrilla alguna, pero siempre luchando la posibilidad de una solución política.
La descarada mentira de las Farc se cae por su propio peso. La Constitución Política de 1991 fue el resultado de un consenso entre todas las fuerzas políticas nacionales que incluyeron a grupos insurgentes desmovilizados, las Farc en aquella época patearon esa posibilidad convencidas de tener la fuerza armada suficiente para continuar la lucha armada, así mismo lo hicieron con ocasión del Caguán cuando amenazaban con pasar a otra fase de la lucha al pensar que habían alcanzado el equilibrio militar con el Estado. Entonces no han sido razones políticas por parte de las Farc las que han motivado el fracaso de esos intentos de diálogos, sino la prepotencia armada y su vinculación con el narcotráfico.
Ojalá esta salida de las Farc buscando a UNASUR no haga parte de alguna estrategia bolivariana para eludir los compromisos que puedan acordarse en el restablecimiento de relaciones colombo-venezolanos y un intento por internacionalizar la amenaza narcoterrorista. Como bien señala el ex canciller Rodrigo Pardo, “no veo a Chávez persiguiéndola, pero tampoco lo veo necesariamente desafiando al Gobierno colombiano con un apoyo directo y explícito, mientras Chávez llega a una conclusión sobre qué puede lograr con el Gobierno de Juan Manuel Santos. La gran paradoja es que no existe un colombiano que haya hecho más política con la bandera antichavista que Santos, y no existe un venezolano con un discurso más antisantista que Chávez” [4].
[1] EL ESPECTADOR. Farc piden asamblea de Unasur para exponer su visión de conflicto. Lunes, 23 de agosto de 2010. En: http://www.elespectador.com/noticias/paz/articulo-220476-farc-piden-asamblea-de-unasur-exponer-su-vision-de-conflicto
[2] EL TIEMPO. Editorial. Lunes 23 de agosto de 2010. En: http://www.eltiempo.com/opinion/forolectores/avanza-la-distension_7875205-1
[3] ANNCOL. Farc listas a hablar en asamblea en UNASUR. Agosto 23 de 2010. En: http://anncol.eu/noticias-del-mundo/4/farc-listos-a-hablar-en-asamblea-en-unasur882
[4] EL TIEMPO. Acuerdo militar con EE.UU. Rodrigo Pardo. Lunes, 23 de agosto de 2010. En: http://www.eltiempo.com/colombia/justicia/acuerdo-militar-con-estados-unidos-segun-rodrigo-pardo_7875426-1
No hay comentarios:
Publicar un comentario