Recién acaba de celebrarse la XVI Reunión del Foro de Sao Paulo, por primera vez en la Argentina, a la que asistieron unos 200 participantes militantes de partidos de izquierda, centroizquierda y progresistas latinoamericanos; la agenda tratada resalta que la realidad que vive actualmente la región "es producto de un movimiento múltiple y de las luchas que se llevaron a cabo en las últimas décadas” y en ella se hace un reconocimiento especial de la importancia que ha tenido la Revolución cubana en Latinoamérica y el Caribe.
"El triunfo de la Revolución cubana mediante una genuina guerra popular, dirigida por el Comandante Fidel Castro, constituyó un hito decisivo en la historia de América Latina"; asimismo, destaca las distintas expresiones de integración regional, que tienen su máxima expresión en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América ALBA, y la Unión de Naciones Sudamericanas UNASUR.
Al mismo tiempo se desarrolló en Asunción el IV Foro Social de las Américas que llamó hoy a los movimientos, organizaciones y redes sociales del continente a redoblar la lucha por la soberanía de nuestros pueblos. El Presidente de Uruguay, José Mujica, censuró el proceso de democracia occidental que se ha querido imponer en el mundo, con una civilización occidental agresiva que pretende ser la única posible en el planeta.
A su vez el boliviano Evo Morales en su intervención en el Foro señaló que los pueblos unidos y organizados, son mucho más fuertes que cualquier Estado del mundo, "y eso ya se demostró en varios países de la región"; destacó que las bases militares estadounidenses en Sudamérica trabajan contra la integración en la región. En la declaración final, la asamblea alerta sobre la articulación acelerada de la derecha para intentar frenar cualquier proceso de cambio en Nuestra América; denunció la ilegitimidad del presidente de facto de Honduras, Porfirio Lobo, y expresó su solidaridad con el pueblo de Haití.
Si las conclusiones de estos dos eventos no son concluyentes sobre la naturaleza comunista de los llamados Foro de Sao Paulo y Foro Social de las Américas, como un proyecto expansionista y hegemónico que amenaza la existencia misma de la democracia en Latinoamérica y el Caribe, democracia occidental, para tratar de imponer un modelo totalitario al estilo cubano, entonces habría que esperar pasivamente a su desarrollo para comprenderlo.
No hay en los integrantes del Foro de Sao Paulo y el Foro Social de las Américas términos medios, no hay diferencias conceptuales o ideológicas, hay una aparente diferencia en el método que mientras en Venezuela ha sido agresivo, sistemático y acelerado, en otros países ha sido más pausado para no generar choques internos en el desmonte del Estado tradicional y la adopción del modelo comunista.
No es coincidencia que en los diferentes países arrecien las denuncias contra personas, partidos y movimientos contrarios a los protervos fines del llamado socialismo del siglo XXI y se promueva el descontento, la inconformidad social contra los regímenes democráticos buscando deslegitimar sus instituciones, las cuales parecen no reaccionar ante la arremetida y por el contrario, aduciendo los valores democráticos, permiten el ataque y hasta acatan dócilmente las imposiciones en aras de mantener la paz y las buenas relaciones.
No es exagerado incluso señalar la imbricación entre el resurgimiento de la capacidad desestabilizadora del narcotráfico y el terrorismo como elementos de apoyo a las intenciones socialistas, para el Foro de Sao Paulo y el Foro Social de las Américas una profundización de las crisis en las democracias es lo más conveniente para pretender mostrar las virtudes del socialismo como modelo de estado.
Dentro de la lógica comunista a mayor descomposición social mayores oportunidades para imponer su dictadura; al generar un clima de inseguridad la posterior represión será el menor de los problemas, de ahí que ahora se alabe a Cuba como ejemplo para el continente.
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