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lunes, 13 de junio de 2011

EL DURO PRECIO DE SER MUJER EN LAS FARC

Escalofriantes los relatos sobre la situación de la mujer en las estructuras criminales, realizados por el desmovilizado cabecilla del frente 39 de las Farc, Armando Cufiño, alias 'Walter Zorra', quien se entregó a tropas de la IV División del Ejército Nacional [1], la semana pasada.

Esos relatos ratifican lo ya denunciado por la inteligencia militar. El miércoles 2 de julio del 2008, mientras el Ejército rescataba en un punto de las selvas del Guaviare a 15 secuestrados en medio de la Operación Jaque, a pocos kilómetros de allí cuatro jovencitas pasaban la más dura 'prueba' impuesta por un mando de las Farc: una a una, a cambio de no ser castigadas, fueron obligadas a tener relaciones sexuales con 'Canaguaro'.

Al hombre le habían diagnosticado sífilis y las contagió. Así quedó consignado en un correo que 'Gentil Duarte', jefe del frente séptimo de las Farc, le envió en agosto de ese año al 'Mono Jojoy', en el que además le relataba "otras imprudencias" que 'Canaguaro' había tenido con mujeres recién ingresadas al grupo.

Por si fuera poco, se ha documentado como los bloques Sur y Oriental, es que cada frente tiene que cumplir con una 'cuota' de reclutamiento de mujeres, que deben tener entre 13 y 15 años, es decir, niñas. Las mujeres son necesarias para mantener la disciplina de las Farc, y así se ha dejado al descubierto en los análisis al material incautado en diversas operaciones. En cumplimiento de las órdenes del Secretariado, las diversas estructuras criminales de las Farc han incrementado el secuestro, mediante reclutamiento forzado de niñas, sobre todo para mantener la cohesión interna de la guerrilla, como objetos sexuales, como símbolo de respeto y orden, y a la hora de cometer acciones terroristas, como las más decididas para hacerlo. La situación actual de la mujer dentro de la organización narcoguerrillera sigue los lineamientos y la orden, impartida por el secretariado, de llenar los espacios de las deserciones y las bajas que les están dejando las operaciones de la Fuerza Pública, a cualquier costo y bajo cualquier medio.

De ahí que suelte cuando menos incomprensible, que personajes de la política nacional como Piedad Córdoba, se hagan presentes en los sepelios de líderes comunales asesinados para expresar su solidaridad, mientras guarda un silencio cómplice frente a esas acciones de las Farc que son la más cruel expresión de violencia de género contra la mujer colombiana, agravada porque las víctimas están en incapacidad de defenderse. Tales actitudes no son más que una burda expresión de oportunismo y cinismo político.

La sociedad colombiana tiene que estremecerse y manifestarse contra esta violencia injustificada. Son precisamente la parte sexual y la maternidad lo que más ha llevado a que las guerrilleras deserten de las Farc. Cifras de los organismos de seguridad muestran como, de las 112 mujeres que se han desmovilizado en lo corrido de este año, 57 lo hicieron para ir a buscar a los hijos que tuvieron en el monte, en medio de la guerra, y las Farc les obligaron a regalar. Y del mismo número de desertadas, más de 90, es decir cerca del 80 por ciento, han sufrido uno o más abortos inducidos. Y este es el patrón general en la mayoría de mujeres que dejan las filas y que tienen entre 18 y 30 años.

Estas 112 mujeres, sin excepción, han manifestado la frustración que sentían de no poder realizarse como madres y que su sueño, ahora en la vida civil, es poder conformar un hogar.

Los medios y todas las fuerzas vivas del país deben expresar su indignación frente a la propaganda que abierta o veladamente algunos personajes hacen a favor de las Farc en sus intervenciones, basada en mentiras o distorsión de la realidad en esa organización narcoterrorista.

Ya se sabe, por ejemplo, que la paranoia polpotiana de las FARC los ha llevado a ejecutar a por lo menos 400 de sus hombres y mujeres en los últimos dos años, de los cuales están documentados 180 por cuenta de “el Paisa” de la Teófilo y 112 a cargo de Jojoy en el Bloque Oriental. Antes, entre 2005 y 2007, el “ideólogo” Iván Ríos se cargó a 300 de sus colaboradores y como iba se hubiera fusilado el mismo sino es porque Rojas le hace el favor [2].

Pensar que hace unos años la masacre de Tacueyó, donde el Frente Ricardo Franco prácticamente se autoliquidó al torturar y asesinar a 164 de sus miembros, se creía que era culmen de la locura revolucionaria. Ahora las FARC efectúa una masacre de Tacueyó trimestral y Botero tiene la majadería de reiterarnos que en su opinión “¡las FARC son invencibles, invencibles!” [3].

Esa burda propaganda y la manipulación de la información han llevado al país a una no menos absurda creencia, tener por víctimas solamente a las derivadas de acciones criminales de los paramilitares y de algunos elementos de la Fuerza Pública, mientras se silencia e invisibiliza a los miles de colombianos víctimas de las Farc. Ojalá, la Ley de Víctimas les devuelva la presencia y la voz también a quienes han sido y son objeto del criminal accionar de las narcoguerrillas.





[1] SEMANA. Jefe guerrillero se fugó y trajo noticias desde la selva. 9 de junio de 2011. En: http://www.eltiempo.com/justicia/desercion-de-jefe-guerrillero-de-las-farc_9582609-4

[2] VÉLEZ, Luis Guillermo. Las majaderías de Jorge Enrique Botero. 22 de febrero de 2010. EN: http://www.lasillavacia.com/elblogueo/lgvelez/7046/las-majaderias-de-jorge-enrique-botero

[3] Ibíd.

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