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miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL TRÁFICO DE ARMAS ENTRE EL CHAVISMO Y LA FARC: UNA NUEVA DENUNCIA SIN EXPLICACIONES.

Como se esperaba, el optimismo sobre el restablecimiento de relaciones entre Colombia y Venezuela no podía mantenerse durante mucho tiempo puesto que las acciones reales que se esconden tras la verborrea diplomática siempre saldrán a flote así ambos gobiernos pretendan hacer a un lado las diferencias irreconciliables dado que Chávez nunca combatirá enserio a las Farc por su afinidad político-ideológica y por compartir el proyecto comunista que ha logrado imponer en su país pero que aspira a establecer en todo el continente utilizando “todas las formas de lucha” (sean estas la diplomacia o las armas) que le puedan ser útiles para acabar con los principios democráticos que rigen en un país civilista y respetuoso de las leyes como históricamente lo ha sido Colombia.

En medio de la ingenua confianza con el gobierno de Venezuela, motivada sobre todo por intereses económicos y comerciales, ha surgido una importante denuncia (no novedosa pero si reciente) que el gobierno nacional de Colombia no puede dejar de lado como si no se tratara de un tema trascendental para las relaciones entre ambos países. “El contraalmirante retirado Carlos Molina Tamayo, ex asesor de Seguridad Nacional de Hugo Chávez, no tiene dudas de que muchas de las armas que la guerrilla usa contra el gobierno y el pueblo de Colombia son suministradas por Venezuela. Versiones de que esto sucede han sido desmentidas por Caracas con la misma frecuencia con que han surgido a lo largo de los últimos años y han quedado varadas en medio de las dificultades para demostrar irrefutablemente que las armas venezolanas encontradas en manos de la guerrilla han sido entregadas intencionalmente por el régimen bolivariano. Pero Molina dijo que fue testigo de algunos de los primeros intentos del gobierno venezolano por suministrar clandestinamente armas a la guerrilla colombiana y que estos esfuerzos fueron una de las principales razones por las que decidió romper con el chavismo”.

La denuncia de Molina es contundente: “"Rodríguez Chacín me pidió 300 fusiles FAL. Me dijo sólo que era para una operación irregular pero se entendía que era para una operación de la guerrilla. Me preguntó que de dónde se podía sacarlos sin dejar rastros'', dijo Molina en una entrevista mientras se encontraba de visita a Miami. "Yo no acepté; inmediatamente corté eso y le dije que no se podían sacar esos de aquí''. Rodríguez Chacín, dos veces ministro de Relaciones Interiores de Chávez y quien fue incluido en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por ayudar materialmente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) en el tráfico de drogas, no volvió a pedirle ayuda. Pero posteriormente la dirección de Armamento de las Fuerza Armada Nacional, presidida por Molina, comenzó a detectar incidentes de pérdida de material bélico, cuyas investigaciones determinaron que fueron perpetradas bajo complicidad o bajo participación directa de los propios integrantes del Ejército. "A veces había operaciones donde se robaban armas, o se fingía que se las estaban robando, para entregárselas a la guerrilla. No se trataba solamente de fusiles, también desaparecían morteros, granadas y los cohetes antitanques AT4, esos que han aparecido en manos de la guerrilla'', dijo”.

Mientras que en Venezuela mueren inocentes por las medidas comunistas que Chávez se encuentra imponiendo valiéndose de la fuerza, las Farc reciben apoyo en armamento –aunque adicionalmente también reciben apoyo político y moral- para continuar su misma lucha contra la democracia colombiana, buscando establecer un sistema comunista que ha llevado a la hecatombe a sociedades enteras como ha ocurrido con Cuba y Venezuela en el tiempo presente, sin hablar de los Estados colapsados de la ex unión soviética, clara muestra de que el comunismo solo conduce al totalitarismo y la desengaño absoluto.

La fundamentada denuncia sobre nuevos episodios de tráfico de armas entre el chavismo y las Farc, exige no solo que el gobierno pida explicaciones precisas a Venezuela sino también que las Fuerzas Armadas en sus operativos contra el narcoterrorismo, aporten las pruebas definitivas que corroboren esta tesis. Para las Fuerzas Armadas de Colombia este tipo de episodios es inaceptable, pues se trata de una intervención militar externa sobre una amenaza interna que no puede más que combatirse militarmente y sin reparo alguno.

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